Qué es la listeriosis y cómo prevenirla


La Consejería de Salud y Familias, a través de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, decretó el pasado 15 de agosto una alerta sanitaria por un brote de listeriosis causado por consumo de carne mechada en mal estado, tras comprobar qué producto era el causante del brote (la carne de la marca «La Mechá», fabricado por la firma Magrudis, con domicilio en Sevilla capital).




La alerta sanitaria, activada tras el desarrollo de los protocolos y de las inspecciones oportunas, ha significado la retirada del citado producto de la venta y consumo. La empresa que fabrica el alimento causante del brote, que ha mantenido una colaboración estrecha con Salud Pública durante la investigación, ha comunicado a sus clientes estos mismos hechos.

Aunque la investigación sobre listeria estaba en curso con anterioridad, no fue hasta el día 14 de agosto cuando Salud y Familias tuvo las evidencias sólidas que permitieron asociar sin duda la causa de los brotes a la carne mechada de la empresa en cuestión. La Consejería hizo pública la alerta en menos de 24 horas tras obtener las evidencias definitivas: de haberla decretado antes podría haber incurrido en una irresponsabilidad de consecuencias graves.

La listeriosis

La listeriosis es una infección causada por el germen Listeria monocytogenes. Las personas por lo general enferman con listeriosis después de comer alimentos contaminados. La enfermedad afecta principalmente a mujeres embarazadas, recién nacidos, adultos mayores y personas con el sistema inmunitario debilitado. Es poco común que personas en otros grupos se enfermen con una infección por listeria.




La listeriosis es generalmente una enfermedad leve, que cursa produciendo fiebre y diarrea de manera similar a otras infecciones trasmitidas por alimentos, pero este tipo de infección por listeria es raramente diagnosticado. No obstante, en ciertos grupos de personas como son las mujeres embarazadas, puede causar una afección grave que afecte al feto; también son especialmente sensibles las personas mayores, y los pacientes con el sistema inmunitario debilitado más pueden desarrollar síntomas.

Las personas con listeriosis invasiva generalmente presentan síntomas entre una y cuatro semanas después de haber comido alimentos contaminados con listeria; incluso en algunos casos algunas personas presentan síntomas hasta 70 días después de la exposición. No obstante, también hay casos en que los síntomas aparecen tan temprano como el mismo día de la exposición.

Todos los años se identifican casos de enfermos de listeriosis, que salvo excepciones no pueden ser asociados a brotes porque los síntomas se presentan muy tardíamente y en las encuestas epidemiológicas es casi imposible que los afectados recuerden con cierta exactitud no solo los alimentos ingeridos hace tres, cuatro o más semanas, y mucho menos, los lugares de compra y las marcas. Este hecho es determinante y caracteriza en gran medida la dificultad de investigar estas infecciones, en cuanto a identificar el posible alimento origen de la infección, así como las posibles asociaciones entre los diferentes enfermos que se pueden producir en un periodo de tiempo que pueda coincidir con el período de incubación a partir de un caso concreto.

Los síntomas que presenta la enfermedad son fiebre, dolores musculares, vómitos o diarreas, rigidez de cuello, confusión y debilidad. Salud y Familias pide a los ciudadanos con cuadros como estos que se dirijan a su centro de salud o a las Urgencias más cercanas.

Las normas básicas de prevención

Dado que la contaminación de alimentos es común y a que L. monocytogenes puede reproducirse a temperaturas de refrigeración, los alimentos ligeramente contaminados pueden adquirir una gran contaminación durante la refrigeración. Este problema es especialmente preocupante cuando los alimentos (por ejemplo, los refrigerados listos para consumir) se comen sin cocción adicional. Por lo tanto, la higiene alimentaria adecuada es importante, sobre todo para las personas en situación de riesgo.

Las personas en riesgo deben evitar el consumo de quesos blandos, alimentos refrigerados listos para consumir, a menos que se calienten hasta una temperatura interna de 73,9ºC o hasta hervir, antes de servirse, pescados y mariscos ahumados refrigerados, a menos que hayan sido cocinados; leche cruda (no pasteurizada) y verduras congeladas sin cocción previa antes de consumir.

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Cómo preparar carne mechada casera