La quercetina, una molécula presente en las verduras, potencial cura contra el coronavirus


La quercetina es un flavonol que se encuentra presente generalmente  en altas concentraciones tanto en frutas como en verduras en especial en la cebolla. Es el flavonoide más abundante y habitual en la dieta humana. Forma parte de otros flavonoides, como la naringenina o la rutina, que tienen grupos de azúcar unidos a ella. Por ejemplo, algunas clases de cebolla (como la roja) contienen tanta quercetina que el compuesto representa el 10% de su peso seco.

Un equipo de científicos españoles abre una prometedora línea de investigación que podría llevar a conseguir un fármaco efectivo contra la covid-19

La quercetina, una molécula presente en numerosas verduras y frutas, puede ofrecer una cura contra el coronavirus. Esta prometedora línea de investigación están siguiendo un grupo de científicos españoles que, a principios del pasado mes de agosto, publicaron en la revista especializada ‘International Journal of Biological Macromolecules’ un estudio que demuestra que la quercetina bloquea la 3CLpro, una de las proteínas que necesita para desarrollarse el patógeno que provoca la covid-19. La investigación se encuentra en fase inicial, pues sólo ha sido probada in vitro y necesitará de, al menos, un año más para pasar luego a la etapa de ensayos clínicos, lo que precisaría de varios años adicionales de trabajo, además de ingentes recursos económicos y personales.

«Hemos identificado que se puede inhibir una de las proteínas esenciales para la replicación del virus con la quercetina, que es una molécula muy abundante en la naturaleza», explica a este diario Adrián Velázquez Campoy, coordinador del equipo que está llevando adelante el estudio e investigador de la Fundación Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID). El experto subraya que el hecho de que la quercetina esté presente en las alcaparras o el hinojo no significa que comiendo estos alimentos se pueda combatir el coronavirus. «Aunque sea abundante en muchas plantas, no lo está de forma que sea utilizable para nuestro organismo. Para que tenga un efecto antimicrobiano y antioxidante, tal vez debería recurrirse a un suministro de esta molécula por vía nasal o por aerosol, para evitar que pasara por el estómago, donde se degrada y modifica. Los suplementos de quercetina no sirven para nada, sólo para enriquecer a las empresas que los venden».

La investigación liderada por Velázquez Campoy, junto a otros colegas como Olga Abián, de la Universidad de Zaragoza, y el italiano Bruno Rizzuti, del Consiglio nazionale delle ricerche (equivalente al CSIC español), ha sido posible gracias a la financiación de la Fundación HNA. «Ahora estudiaremos si nuestros ensayos también funcionan en una célula, que es un sistema mucho más realista, y luego haría falta pasar a trabajar con animales modelo», cuenta Velázquez Campoy. Si se confirmaran los esperanzadores resultados en las próximas fases, sería preciso el apoyo de alguna gran empresa farmacéutica para que el hallazgo pudiera dar lugar finalmente a una medicina que suministar a los enfermos de covid-19. «En España hay pocas farmacéuticas que hagan investigación, por desgracia, aunque muchos hospitales y otras instituciones sí que participan en ensayos clínicos de diversos fármacos, pero financiados por grandes corporaciones de otros países».

 




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