Cortegana, Huelva
En las últimas estribaciones de Sierra Morena, donde el zócalo de la Meseta castellana se hunde dibujando una flexión acentuada, nos encontramos con la comarca de la Sierra de Huelva. En esta sierra, en el tránsito entre la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, es donde se encuentra Cortegana, en una situación privilegiada, sustentando un importante nudo de comunicaciones (entre Portugal y el Valle del Guadalquivir; con la Meseta española).
El término municipal de Cortegana posee una altitud de 690 metros y una superficie de 174 kilómetros cuadrados, pero no se trata de un conjunto homogéneo ya que en él se distinguen don entidades claramente diferenciadas: una, abarca el pueblo de Cortegana, sus aldeas adyacentes (Puerto Lucía y La Corte) y el poblado de La Pica, y otra corresponde a las zonas mineras de las barriadas de Valdelamusa y San Telmo.
Sobre un predominio general de rocas volcánicas y metamórficas nos encontramos al norte del término vulcanitas ácidas y esquistos, y al sur, pizarras del Devónico y granitos, sionitas, dioritas y garbos. Estas masas geológicas soportan unos suelos que sustentan masas forestales de pinos y eucaliptos, con muchas dehesas donde se da la cría y engorde de cerdos ibéricos; los castaños predominan en las zonas de umbría.
Estos valores paisajísticos, su clima intermedio entre el Mediterráneo y el Atlántico, y los ríos y riberas que riegan sus tierras (Chanza, Alcalaboza, etc.), han creado, al igual que en la mayoría de los municipios serranos, una economía fundamentalmente agropecuaria, por la explotación y aprovechamiento de las dehesas, cotos y heredades (actividad forestal, agricultura: olivo, frutales, castaños, forrajes, cereales y cultivos hortícolas, y ganadería: porcina, vacuna, ovina y caprina).
También podemos destacar algunas importantes industrias y servicios: fábricas de romanas y frenería, alfarería, bordados, industrias derivadas del cerdo ibérico, corcheras, etc.
La ya comentada inmejorable situación geográfica del término municipal de Cortegana ha hecho posible el continuo asentamiento humano. Vestigios de sus culturas nos remontan al Neolítico y al Calcolítico.
De la época romana han quedado algunos vestigios arqueológicos como fustes de columnas, aprovechadas para los matacanes del castillo, monedas y capiteles.
Qué ver en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche,