¿A qué huele Sevilla? Azahar, incienso y adobo en la calle Tetuán


Blanco Cerrillo, el precursor del marketing olfativo en Sevilla.




Si por el humo se sabe dónde está el fuego, por el olfato se sabe que, si estamos en Sevilla, el olorcillo a pescaíto adobao que sale por una calle perpendicular a la calle Tetuán viene del Blanco Cerrillo. Se trata de una bodeguilla fundada en 1926 que ha sido de todo antes de ser lo que ahora es: una institución de la ciudad a la hora del tapeo.

El marketing olfativo, es una  técnicas muy sofisticadas, supone una estrategia de estimulación capaz de transmitir valores aprovechando las capacidades de nuestro sentido del olfato, uno de los sentidos que genera mayor impacto en el recuerdo.

Un simple aroma es capaz de llevarnos a lugares recónditos de nuestra memoria. Y ahí radica la magia de Blanco Cerrillo al utilizar el olfato como un canal de comunicación, mucho más potente que la vista y el oído, para despertar emociones y sentimientos a través de las técnicas del marketing olfativo que quizás ni siquiera conocía  D. José Blanco Cerrillo cuando fundó tan afamado establecimiento.

Sus especialidades son los boquerones fritos en adobo, el cazón y las pavías.  Blanco Cerrillo está en  la Calle José de Velilla, 1, 41001 Sevilla.

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